¿Estás preparado para la segunda parte de la Historia de cómo ha ido evolucionando en Arte Mexicano? ¡Muy bien! Sigamos leyendo.
Arte tequilque o indocristiano
Este arte es aquel realizado por los indígenas de la Nueva España durante el siglo XVI, y se compone de elementos cristianos y prehispánicos.
Cuando los frailes llegaron al Nuevo Mundo, tenían la necesidad de erigir edificios para evangelizar a las personas, pero no podían hacerlo porque hacía falta arquitectos o gente capacitada para la construcción. Entonces, como la única mano de obra que tenían disponible era la de los nativos, los frailes les dieron libertad y éstos no perdieron su estilo ni los rasgos particulares de su cultura, por lo que se ve reflejada en estas construcciones.
Arte Barroco.
A finales del siglo XVI, llega a México la Compañía de Jesús(1572), ésta trae consigo una nueva forma de arte religioso: el Barroco, que se caracterizaba por un exceso de ornamentación arquitectónica y en donde predominan las líneas curvas y la profusión de adornos.El arte barroco era principalmente religioso, fue evolucionando y volviéndose más complejo hasta que en 1730 triunfa el Churrigueresco, que cobra mucha fuerza y desarrolla un estilo muy diferente al que se dio en España. Su nombre viene de José Benito de Churriguera (1665-1725), quien se caracterizó por buscar la decoración y el lujo en sus obras.
La pintura barroca se distinguió porque, además de hacerse en muros, se desarrolló también en otras técnicas y formatos. Se utilizaba como complemento de la decoración de paredes y techos; se narraba la vida de la Virgen, de los santos o de Cristo.
Los colores eran muy claros y en tonos pastel, se usaban trazos poco definidos y muy suaves. Lo mismo sucedió con la pintura de lienzo aunque, en este caso, los pintores se preocuparon más por jugar con la luz y la sombra.
Dentro de esta modalidad (la pintura de lienzo), se encuentra la pintura de caballete y el retrato, que tuvieron gran auge durante este periodo.
El siglo XVIII fue muy fecundo en pintura, los artistas se preocuparon por hacerla más agradable y complaciente, consiguiendo así mayor popularidad y prestigio.
Arte neoclásico.
La última manifestación artística de la Colonia fue el arte neoclásico, importado desde Europa, y que en realidad tuvo muy poca vida en México, ya que de los 40 años que estuvo a la cabeza, 11 fueron infructuosos por la guerra de Independencia.
El nacimiento del neoclasicismo mexicano está ligado a la apertura de la Real Academia de Bellas Artes de la Nueva España en 1781, y significa el advenimiento de México a la modernidad. En 1785 Carlos III expidió el decreto real y los estatutos que habrían de regir la Academia, subvencionada por la Corona Real. Los maestros se mandaban traer de España, pero se han considerado nacionales porque es en México en donde más trabajaron y en donde murieron.
El arte neoclásico se preocupó por poner en evidencia, al mismo tiempo que rechazaba la superficialidad barroca y enfatizaba la sobriedad, la nobleza y la armonía.
Esta manifestación artística, impulsada por el gobierno y apoyada por diversos grupos de la población, fue la respuesta inmediata a los excesos del Barroco, afectando a la religión, que perdió mucha fuerza como elemento unificador.
Su característica principal fue que se retomaron los patrones clásicos de belleza, dando lugar en algunos casos a un arte un tanto frío y elegante.
La pintura se volvió totalmente académica. Los pintores buscaban representar con precisión el cuerpo humano y sus formas, y se preocupaban por encontrar el equilibrio y la armonía, daban prioridad a la línea y al dibujo.
Arte moderno.
Lo que en México se ha denominado arte moderno abarca desde el siglo XIX hasta la década de los años veinte del siguiente siglo, cuando Vasconcelos, con su nuevo proyecto educativo, da un impulso a las artes, que toman un nuevo giro con los muralistas y entran en la etapa considerada contemporánea.
Dentro del siglo XIX se encuentran principalmente tres tendencias artísticas: la academicista, la romántica y la modernista.
Aunque debido a la Independencia el arte buscó representar la realidad nacional, los patrones que se usaron siguieron llegando de Europa.
La pintura del siglo XIX fue afectada por los rigurosos patrones academicistas, lo que significaba una limitación en los temas y patrones estéticos. Entre los temas más preciados se encontraban los históricos y los retratos.
Poco después de la Independencia, nació un interés por el nacionalismo y las raíces culturales, que había levantado la idea de progreso y civilización del periodo, una gran cantidad de artistas extranjeros vinieron a México a retratar las costumbres y paisajes del país.
Uno de los pintores más reconocidos del siglo XIX, perteneciente al estilo romántico es José María Velasco (1840-1912), su trabajo resume lo que fue el arte de su tiempo. Trabajó sobre todo paisajes, consiguió representar a México sin desligarse de Europa, muchos de sus trabajos tocan temas arqueológicos, por lo que se le considera un innovador en este aspecto.
También es importante mencionar a Hermenegildo Bustos (1832-1907), probablemente sea el retratista más importante de ese siglo pues sus trabajos alcanzaron gran realismo, logrando resaltar los aspectos psicológicos más significativos de sus modelos.
Además de la Academia existía otra escuela completamente independiente: la pintura popular, que era más libre e intuitiva, y cuyos trabajos representaron más fielmente la realidad y las costumbres mexicanas populares.
Dentro de esta escuela se encuentran la caricatura y el grabado. Este último empezó a cobrar mucha fuerza desde el momento en que llegaron a México las herramientas necesarias para hacerlo y, con el tiempo, junto con la caricatura, se volvió un arma poderosa de crítica social, sobre todo durante el Porfiriato.
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