¡Hola!
Ya hemos visto conceptos básicos que nos facilitan el dibujar, desde ejercicios para trazar más ligeramente, apoyarnos en figuras geométricas para «descifrar» ciertas formas, pero hoy traigo para ti la clave para que tus dibujos dejen de verse planos y luzcan más reales.
Esto se logra aplicando luces y sombras en nuestro dibujo pero hoy veremos lo más básico de éstas: cómo identificarla esas zonas de luz y sombra.
Las sombras son la consecuencia de la luz y aparecen en las zonas donde a ésta se le dificulta llegar. Existen diferentes tipos de sombra: las del propio objeto (sombras propias), las que el objeto produce (sombras arrojadas), las muy próximas y las lejanas proyectadas por otros objetos. Éstas, más los reflejos de luz que se producen, van a afectar de manera directa, la forma en que se verá nuestro objeto. Mientras más fuentes de luz tengamos, más sombras se verán en nuestro objeto a dibujar.
Lograr un objeto realista no es tan complicado como podrías estar pensando ahora, lo que necesitas para conseguirlo es ser muy observador. Basándote en la regla de que todos los objetos tienen como base una figura geométrica, podemos deducir cómo será su rebote de luz dependiendo de donde provenga esa luz y el tipo de figura que sea pues todas tienen un volumen particular, para lograr eso hay que tener muy presente la siguiente regla:
Mientras más cerca, mayor luz.
Mientras más lejos, menor luz.

Como puedes ver en la imagen, la sombra que refleja cada figura es distinta, no olvides tomar esto en cuenta e imaginar cómo pasaría la luz a los lados de tu objeto a dibujar, qué tanto de la superficie de tu objeto a dibujar sería tocado por la luz. En el dibujo, aunque copies un objeto, debes imaginar estas cosas para lograr que tu dibujo se vea más real, como en tercera dimensión.
La sombra, en resumen, no es otra cosa más que la porción del cuerpo que siendo iluminado no recibe de forma directa la luz, por encontrarse esa parte del cuerpo en oposición a la fuente luminosa.
Ahora, ¿Qué pasa con la luz?
Al estar hablando de sombras, también debemos tomar en cuenta la luz y los reflejos que nos proporciona. La luz que se dirige directamente hacia nuestro objeto, creará zonas blancas como podemos observar de lado izquierdo en la imagen de las figuras, pero habrá zonas donde sólo aparezca un reflejo. La luz reflejada viene de otro objeto (puede ser un objeto cercano), y produce una nueva fuente de luz de menor intensidad, ésta produce nuevos reflejos y nuevas sombras sobre el objeto que estamos dibujando, esa luz reflejada nunca puede ser tan clara como la fuente de luz original.
A esos tonos intermedios entre la luz directa y las sombras más intensas se le conoce como zona de penumbra, ¿Cómo la hacemos? Difuminando gradualmente los tonos mediante un tramado. No te asustes, no es tan difícil como suena, checa cómo hacerlo aquí.
Ahora, ¿Qué te parece si empiezas a practicar?
Puedes empezar con figuras geométricas y una lámpara, coloca la figura en distintas posiciones y mueve la fuente de luz también para que puedas observar la diferencia. Analiza cómo se refleja la luz y cómo se proyecta la sombra, observa si en todas las caras de tus prismas luce igual de intensa la sombra.
Después de este ejercicio, cambia las figuras geométricas por objetos como floreros, jarrones, frutas. Imagina su figura geométrica y deduce la dirección que lleva la luz, poco a poco irás entrenando tu ojo para «ver» las zonas de luz y sombra sin analizarlo tanto.
No dejes de practicar, recuerda que nada se perfecciona sin la práctica continua.
No leemos en la siguiente.
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