Transformaciones Faciales y Corporales

Ya hemos hablado sobre los elementos básicos para dibujar personas y también las partes del rostro. Hoy veremos cómo tranformar un rostro, y no me refiero a transformaciones como las que haríamos aun personaje de cómic, sino a las tranformaciones naturales que ocurren a lo largo de la vida. Una de las transformaciones inevitables que sufre nuestro rostro, es el causado por la edad.

En los niños, la parte de atrás de la cabeza sobresale más, la frente es más grande y los ojos, la nariz y la boca están ubicados más abajo en relación con el rostro de un adulto. Las cejas son más delgadas y las pestañas más largas.

La nariz es más pequeña y respingada, lo que causa la impresión de que los ojos están más separados. El labio superior tiene más relieve, las mejillas son redondeadas y la barbilla está más retraída. Las orejas se ven más grandes en proporción al tamaño de la cabeza. En un rostro infantil casi no aparecen arrugas.

Las cejas, la nariz y las orejas no dejan de crecer lentamente durante toda la vida.

Al envejecer, el cabello se vuelve escaso, los párpados están caídos y se forman bolsas debajo de los ojos. Las líneas de expresión en la frente y alrededor de boca y ojos se acentúan. Los músculos van perdiendo volumen, por lo que los huesos de la sien, el pómulo y la barbilla comienzan a sobresalir. La piel va perdiendo elasticidad y cuelga la papada. Al perder los dientes, el espacio entre la barbilla y la nariz, se compacta. Los labios se adelgazan y se arrugan.
Otras transformaciones que puede experimentar el rostro, son causadas por el sobrepeso y la extrema delgadez.

Al adelgazar, el cambio básico es que, al disminuir el volumen de la carne, los huesos del cráneo se hacen más visibles; los ojos y la boca se ven más grandes.
En cambio, a medida que el rostro va engordando, las mejillas van adquiriendo mayor tamaño, lo que hace que la boca y la nariz se vean más pequeños; el aumento de volumen, también causa que los párpados inferiores se eleven, haciendo ver los ojos más pequeños.

La carne de la papada también aumenta, llegando a cubrir el cuello; la piel se estira disminuyendo las arrugas y aumentando el brillo.

Otra transformación inevitable al pasar los años, es la del cuerpo.

En relación con las demás partes del cuerpo, la cabeza experimenta un poco aumento de tamaño; por eso, entre menos edad tenga una persona, la cabeza es más grande en proporción al cuerpo. Por ejemplo, un bebé tiene una proporción de tan sólo 31/2 cabezas. Al ir creciendo, los brazos, las piernas y los dedos se van alargando; un niño de tres años tiene la mitad de la altura de un adulto, y a los diez años ya tiene las ¾ partes.

A los 25 años, el ser humano alcanza la plenitud física, a partir de allí empieza el inevitable deterioro. La columna vertebral se va doblando, lo que hace que la figura se encorve, el abdomen aumenta su volumen y el resto del cuerpo lo reduce.

Hay una disminución de estatura porque los cartílagos que hay entre los huesos se encogen; las articulaciones se vuelven más “nudosas”.
Las transformaciones corporales también pueden ser causadas por la acumulación o disminución de grasa y/o masa muscular.

Cuando alguien adelgaza demasiado, la forma del esqueleto se hace más visible y las áreas donde se acumula la grasa (glúteos, pectorales, mejillas, abdomen), se van enjutando.
Con el sobrepeso ocurre lo contrario; en este caso, el cuerpo va acumulando mayores cantidades de grasa que inciden en su apariencia, pero por más que engorde una persona, la estructura de su esqueleto sigue siendo la misma. Los huesos no cambian de tamaño, sólo adoptan su postura; por ejemplo, al aumentar la masa corporal de los brazos, se ven obligados a permanecer más separados del torso, por lo que se ven más cortos. Además, el cuerpo tiende a echarse hacia atrás para compensar el peso del abdomen.

Otra transformación corporal es la causada por el llamado fisicoculturismo, donde el objetivo primordial es desarrollar al máximo los músculos.
Estas son las principales transformaciones que suceden en el rostro y el cuerpo. ¿Por qué no intentas ahora buscar modelos en fotografías de revistas o internet, en diferentes etapas de su vida para ejercitar estos cambios? Practica, practica mucho y verás que, aunque ahora pueda parecer el ejercicio, poco a poquito irás agilizando el proceso de observación y de dibujar. ¡Sé constante!